Enrique Dans - 10-12-2009
Empezamos a adentrarnos en una de las avenidas más interesantes que la tecnología nos ha preparado en los últimos años: la que muchos conocen ya con el término "realidad aumentada". Durante muchos años, las prestaciones y servicios disponibles en la red han crecido de manera independiente y paralela a la llamada 'vida real'. Mientras a un lado de la pantalla nos relacionamos con objetos tridimensionales y nos limitan las leyes de la física, al otro nos encontramos en un mundo virtual - no necesariamente menos 'real' - en el que cruzamos el mundo en décimas de segundo, accedemos a cualquier información independientemente de dónde esté situada con el simple chasquear de un dedo, y en el que todo contiene información asociada accesible con un simple clic.
La ingente cantidad de información disponible detrás de la pantalla ha crecido exponencialmente a lo largo de los últimos diez años: el desarrollo de la llamada 'web social', caracterizada por el descenso de barreras de entrada a la producción de información, ha permitido que la tarea que a principios de siglo llevaban a cabo unos pocos con capacidad de programar y de manejar herramientas complejas se haya convertido en algo al alcance de cualquiera: hoy, quien no produce información en la web es porque no quiere. Esto ha conllevado un brutal incremento de la información disponible: millones de pares de ojos ven más que dos, y poseen además un incentivo a compartir mucha de la información que producen.
Empieza a ser habitual ver a personas que, en un restaurante, hacen fotografías del local o de los platos que llegan a la mesa: al llegar a casa, escriben una crítica del restaurante, con su opinión, precio, atención recibida y fotos. Sitios como Yelp en Estados Unidos u 11870 en España se convierten en lugares de referencia: si quieres escoger restaurante, te metes en sus páginas para ver si alguno de los amigos en tu red recomienda uno, y antes de ir, te informas de los precios, qué pedir, fotografías, etc. Un papel similar al que protagonizan sitios como Minube.com o TripAdvisor en el sector turismo, o muchos otros más en otros aspectos. ¿Cuál es el incentivo para que un usuario pase la pequeña molestia de hacer unas cuantas fotos y escribir una pequeña crítica? Que sabe que cuando quiera tomar decisiones relacionadas, encontrará la información añadida por otros, y eso facilitará su elección. Dad, y recibiréis.
En realidad, esto es solo uno de muchos ejemplos. Pero hasta el momento, todos estos avances ocurrían detrás de la pantalla. ¿Qué ocurre cuando empiezan a pasar al otro lado, o a combinarse con él? Algunas novedades recientes permiten que una persona apunte con su teléfono a una tienda, un monumento o un cuadro, y que la imagen, tras un procesamiento prácticamente instantáneo, proporcione acceso a información extendida sobre lo que el teléfono tiene en pantalla. Información turística, datos de la tienda incluyendo evaluaciones de usuarios, datos sobre el cuadro o estatua que está contemplando... lo que antes estaba disponible solo detrás de la pantalla de un ordenador y mediante la introducción de texto, rebasa ese límite y pasa a combinarse con la realidad.
Las posibilidades son ilimitadas: apuntar con la cámara de nuestro móvil a una tarjeta de visita, y que los datos contenidos en ésta pasen a nuestra libreta de direcciones. Ver la portada de un libro, y acceder a críticas de lectores o a comparativas de su precio en diferentes tiendas. Visualizar la etiqueta de un vino, y ver instantáneamente sus notas de cata y los datos de la bodega. Y cientos de aplicaciones más construidas y por construir. La última incorporación, disponible por el momento solo para teléfonos Android, la ha presentado Google, pero tan solo es una más de todo un campo en rapidísimo desarrollo.
La cámara del teléfono, asociada con el acceso a información de la web en tiempo real, empieza a generar aplicaciones cada día más interesantes, generando todo un ecosistema que combina elementos de uno y otro lado de la pantalla, y en el que será importante posicionarse bien, mantener una presencia adecuada. ¿Extravagancia? Solo al principio. Pronto, muchos de estos elementos formarán parte de nuestra vida cotidiana.
http://blogs.expansion.com/blogs/web/dans.html?opcion=1&codPost=55787
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Buenisimo, seria flashear por la calle viendo cosas en 3D como en japon! una mazza! quiero hacer eso yaaaa!!! conseguime laburo para marzo loko! o ya mismo! ajjajaa
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