martes, 11 de agosto de 2009

Don Carlos, del comercial de la AFIP a estrella de Internet

El personaje de "don Carlos" el dueño de una pyme que decide "blanquear" a sus empleados –tudo bom, tudo legal, dice para comunicar la noticia– viene sumando fans y detractores en la Web: desde grupos de amigos que suben a YouTube versiones caseras del aviso y grupos en Facebook donde lo insultan hasta una página de venta de remeras online que se apuró a lanzar un modelo con su cara y la frase "estamos contentos", uno de sus hits.
 
Este empresario ficticio consiguió generar una intensa polémica online. "¿Y todos los años sin obra social, aguinaldo y vacaciones?", se indigna una de las chicas del grupo "Odio a don Carlos" en Facebook. También en Facebook "Don Carlos es un pelotudo" tiene 33.000 fans. Desde la agencia de publicidad que creó el comercial aseguran que la alta repercusión del spot –donde la AFIP promociona planes para el blanqueo de empleados– se deben a su realismo. "Sabíamos que iba a pegar", cuenta Gonzalo Henestrosa, director de la cuenta de la AFIP en la agencia Braga Menéndez. "Buscábamos un realismo total, al estilo neorrealismo italiano. Se filmó en una pyme de verdad, en Tigre, con obreros. Del grupo de empleados que aparecen solo uno es actor", agrega.
 
El comercial empieza con un diálogo entre "don Carlos" y su contador: "¿Cuándo entró Tito? En febrero de 2003 ¿Cuántos son? Son ocho". Cuando el espectador supone que esos empleados serán despedidos, el empresario devela el misterio: "Bueno muchachos, lo que les vengo a decir es que desde hace cinco minutos están todos en blanco... A partir de ahora tudo bom, tudo legal. No lo habíamos hecho hasta hoy porque las cosas estaban bravas y queríamos salvar el boliche. Estamos contentos". Se ven caras de felicidad y uno de los operarios que se anima con un "bien, don Carlos".
 
Las frases pegaron mucho entre el público sub-20 y son fruto de una larga discusión entre los creativos que querían que el diálogo fuera creíble. "Buscamos lo que realmente diría un pequeño empresario, en su jerga, y que fuera simpático. Es curioso porque me encuentro con gente que se lo sabe de memoria", detalla Henestrosa.
 
Más allá de las críticas, que se centran en el tiempo que el empresario mantuvo a sus empleados en negro, en la agencia están satisfechos con el éxito del personaje. "Es algo distinto para lo que es un organismo público; una forma de ablandar la comunicación con la gente. Se ve la problemática de una pyme en serio", explica Henestrosa.
 
Mientras la figura de "don Carlos" crece en Internet, su aviso ya no está en el aire. Pero ahora que la AFIP decidió prorrogar hasta fin de año el plazo para que las empresas puedan blanquear a sus empleados, nadie descarta su vuelta con una segunda parte del comercial.
 

 

 

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