martes, 15 de junio de 2010

Código de barras, la nueva herramienta de Google


Antes, sólo había un código de barras impreso en los empaques de algunos productos que se adquirían en las tiendas, y el cajero deslizaba esas misteriosas líneas frente a un sistema electrónico. Pero recientemente, estos códigos aparecen en más lugares y son mucho más avanzados. Pronto, podrán generar otras vías para que productores y consumidores estén conectados de manera directa, e incluso podrán dirigirse los anuncios selectivamente a la gente que tendría más probabilidades de responder a un mensaje u oferta.

Algunos habrán visto a un pariente del código de barras tradicional. El llamado código QR, una maraña de pequeños cuadros, dispuestos de forma aleatoria dentro de un cuadrado más grande, está apareciendo en varios sitios, desde los carteles en las paradas del autobús hasta las ventanas de algún restaurante.

Si algún curioso mira uno de estos códigos y le saca una fotografía con la cámara del teléfono celular, el dispositivo móvil puede mostrar una página de internet, una imagen fija o un video relacionado con el anunciante en cuestión. Por ejemplo, Google Inc. está dando a los comercios calcomanías con códigos QR que los transeúntes pueden escanear. Así, pueden llegar a una versión móvil de la página de Google, donde los negocios pueden publicar cupones e información sobre sí mismos.

Pronto, los códigos podrían derivar en otras vías para conectarse con los consumidores de una forma que las empresas pueden medir y controlar. Eso podría ayudarles a dirigir los anuncios selectivamente a la gente que tendría más probabilidades de responder a un mensaje u oferta.

Los intentos anteriores de hacer que los consumidores se relacionaran con códigos de barras que remitieran a algún destino en la Web no resultaron muy exitosos. En la década de 1990, surgió el CueCat, que permitía a las editoriales añadir códigos de barras a su material impreso, a fin de que la gente deslizara algún dispositivo lector de bolsillo para llegar directamente a información relacionada, en sus computadoras. El código QR (cuyas siglas en inglés significan respuesta rápida) fue también lanzado en esa década por Denso Wave Inc., una fabricante japonesa de electrónicos.

OTRA OPORTUNIDAD

Pero lo que cambió ahora es que los consumidores se involucran más con sus dispositivos celulares, no sólo para hacer llamadas telefónicas, intercambiar mensajes de texto y revisar su correo electrónico. Además, los llamados superteléfonos, que pueden conectarse a la internet, tienen también la capacidad de descargar fácilmente programas que les permiten "escanear" códigos en los productos, para obtener información más amplia de los mismos.

El código de barras impreso por ejemplo en una caja de galletas incluye una serie de números dispuestos horizontalmente, que un dispositivo lector coteja con información de una base de datos centralizada. Es así como el scanner del supermercado identifica el producto que alguien compra. Los nuevos códigos, como el QR, pueden representar los datos en forma horizontal y vertical. Eso significa que pueden incluir mucha más información en un menor espacio, y algunos de ellos pueden avisar al programa de escaneo de un teléfono todo lo necesario sobre qué página de internet o video mostrar, sin necesidad de consultar una base de datos.

Se desconoce cuántos de estos códigos se implementaron, pero podrían ser miles de millones. Google usa los códigos QR desde finales del año pasado para ayudar a promover cientos de miles de negocios en su servicio de listas de establecimientos locales, conocidas como Google Places. La compañía envió calcomanías para colocarlas en las ventanas de los establecimientos. Los adhesivos dicen: "Somos uno de los lugares favoritos en Google", e incluye un código QR en la parte inferior.

"La idea se derivó del deseo de Google de reforzar su relación con los comercios y con los consumidores", expresó Ryan Hayward, gerente de "marketing" de producto para Google Maps, quien encabeza la distribución de calcomanías con los códigos. Por ahora, estos llevan a la versión celular de la página de un establecimiento en Google Places. Google también podría usar la tecnología para mostrar videos y descargar aplicaciones, agregó.

MÁS HERRAMIENTAS

Los códigos QR no son los únicos bidimensionales que podrían proliferar. Desde marzo, Fandango, un sitio que vende entradas para el cine, permite que algunas personas que asisten a las salas las obtengan en sus celulares, almacenadas en forma de códigos "Datamatrix". Ese código, que se muestra en pantalla, se coloca frente a un aparato en la sala. Los usuarios no necesitan superteléfonos para que esta modalidad funcione.

Ted Hong, jefe de marketing de Fandango, explicó que la empresa quería probar el servicio porque más y más gente ingresa al portal mediante sus teléfonos, y algunas iniciativas similares de boleto celular funcionan fuera de Estados Unidos.

Por ahora, la nueva opción expendedora de entradas está disponible sólo en algunas salas cinematográficas en los estados de California, Nueva York, Texas y Hawai. Para que se extienda esta variante, más salas tendrían que invertir en los scanners distintos a los usados actualmente para leer los códigos de barras tradicionales impresos en las entradas. Esos códigos no se adaptan a las pantallas de algunos teléfonos y por eso Fandango está usando la tecnología Data Matrix, aclaró Hong.

FUENTE: observadorglobal.com



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